Diferencia entre la velocidad de internet prometida y la velocidad real

Cuando te inscribes para un servicio de Internet, tu proveedor de servicios de Internet (ISP) te ofrece una cierta velocidad de Internet "hasta" un límite superior. Esto significa que tu velocidad de Internet puede alcanzar ese límite en condiciones óptimas, pero no garantiza que siempre obtendrás esa velocidad.

Aquí hay algunas razones por las que tu velocidad de Internet real puede ser más baja que la velocidad prometida:

1. Hora del día: Muchos ISP tienen un mayor tráfico en ciertas horas del día, lo que puede ralentizar tu conexión. Por lo general, las horas pico de Internet son por la noche cuando la mayoría de las personas están en casa.
2. Número de dispositivos: Cuantos más dispositivos estén conectados a tu red y estén utilizando Internet al mismo tiempo, más lenta será tu velocidad de Internet en cada dispositivo.
3. Calidad del hardware: Si tu router o modem están desactualizados o no están configurados correctamente, es posible que no puedas alcanzar las velocidades de Internet que tu ISP promete.
4. Distancia al router: En una conexión Wi-Fi, la distancia entre tu dispositivo y tu router puede afectar a la velocidad de tu Internet. Los objetos físicos, como las paredes y los pisos, también pueden bloquear la señal Wi-Fi y ralentizar tu conexión.
5. Latencia de la red: La latencia, o el tiempo que tarda un paquete de datos en viajar desde tu dispositivo a un servidor y volver, puede afectar a la velocidad de tu Internet. Un ping más alto puede hacer que tu Internet parezca más lento, incluso si tu velocidad de descarga y subida es alta.

Si notas que tu velocidad de Internet real es consistentemente más baja que la velocidad prometida por tu ISP, puede ser útil ponerte en contacto con ellos para resolver el problema. También puede ser útil realizar un test de velocidad de Internet en diferentes momentos del día y en diferentes partes de tu casa para ver si alguno de estos factores está afectando a tu velocidad de Internet.